El fémur es uno de los huesos más fuertes del cuerpo humano. Por eso, no es fácil que llegue a romperse, pero, en determinadas ocasiones, puede ocurrir. Si es tu caso o conoces a alguien cercano que haya sufrido esta lesión, te interesará conocer cómo empezar a caminar después de una fractura de fémur.
Causas más comunes de la fractura de fémur
¿Sabías que los accidentes de tráfico suelen ser una de las principales causas de las fracturas de fémur? Al ser un hueso resistente y rodeado de musculatura, necesita mucha presión para romperse. Por tanto, no es uno de los tipos de lesiones deportivas más comunes.
Otras causas también pueden ser:
- Una caída desde una altura considerable que provoque un impacto importante.
- Un atropello al cruzar la carretera como peatón.
Los niños y las personas mayores son más propensos a sufrir una fractura de fémur. Ten en cuenta que sus huesos son más débiles: en el primer caso, porque aún se están formando y, en el segundo, debido al desgaste por el paso del tiempo.
3 tipos de fracturas en el fémur
Las fracturas de fémur pueden ser distintas en función de la zona del hueso donde se haya producido la rotura o en función del grado de la lesión, como:
- Fracturas alineadas. En estos casos, la rotura de los huesos no ha producido un desplazamiento de los mismos. Algunas veces, esto sí ocurre y hablamos de fracturas no alineadas.
- Fracturas abiertas o cerradas. Depende de si el hueso desgarra la piel y se hace visible desde el exterior o no.
- Fracturas conminutas. Cuando el fémur se fractura en dos o más fragmentos.
Rehabilitación de fractura de fémur: algunos ejercicios
Las fracturas en el fémur suele requerir cirugía y, luego, un proceso de recuperación en un centro de fisioterapia. Lo más importante es controlar el dolor y trabajar poco a poco con el fin de que la musculatura de alrededor no pierda su funcionalidad.
El tiempo para volver a caminar después de una fractura de fémur con normalidad varía en función del caso. De forma aproximada, la recuperación total suele durar entre tres y doce meses, aunque, con la ayuda de un profesional de la fisioterapia, puedes comenzar a andar poco a poco tras la cirugía.
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